Este año nos hemos desquitado: Después de la suspensión del año pasado, acabamos de terminar una de nuestras regatas de altura favoritas, La Ruta de la Sal.

Hemos participado con dos de nuestros barcos, el JOD 35 Pekas y el Malbec 360 Suhail. En total hemos navegado 12 personas, 1 capitán y 5 tripulantes en cada barco.

La regata comenzaba en Ginesta el pasado viernes 28 de Junio de 2021, pero por las condiciones climáticas, la organización nos pedía llegar hasta el faro del cabo de Tortosa, en el delta del Ebro, para comenzar desde allí la ruta hasta Sant Antoni de Portmany, Ibiza.

Una escuela de regatas de vela en Barcelona con muchas ganas de salir a navegar

Traíamos muchas ganas de acción atrasadas y la travesía no ha decepcionado: estuvimos luchando en el pelotón para llegar, sin perder la tensión. Las tripulaciones estuvieron unidas y coordinadas como si llevásemos tiempo navegando juntos, ¡Nadie diría que algunos tripulantes han descubierto este deporte hace pocos meses!

La noche anterior a la salida estuvimos estudiando la estrategia de acercamiento, revisamos la previsión meteorológica, valoramos con qué tiempo nos podíamos encontrar y pudimos prever qué velas íbamos a necesitar, para dejarlas pensadas y preparadas.

Cambio de planes, cambio de estrategia

Nuestra estrategia pasaba en ese momento por salir y tirar rumbo al sur muy pegados a la costa y no entrar mar adentro hasta más adelante, para evitar una zona de encalmadas, de bajo viento, que nos retrasaría la llegada a la meta.

Pero la organización siempre está muy al tanto de las previsiones y no se daban las condiciones para que pudiésemos llegar a línea de llegada dentro del plazo previsto. Se nos indicó que fuéramos al sur hasta el delta del Ebro y desde allí comenzó la regata, por lo que, de dos días previstos y 140 millas, finalmente la ruta fue de un día y medio, 104 millas náuticas.

En esta ocasión la regata tuvo un gran componente psicológico en lo referente a la perseverancia y a mantener a raya la sensación de frustración por no poder avanzar como nos gustaría.

Las condiciones de poco viento nos hicieron tener que concentrarnos al máximo para estimar la táctica más adecuada, mantener el barco al máximo de sus posibilidades, para encontrar y llegar al lugar con más viento posible. La ubicación en estas circunstancias es sustancial y se marcó con diferencias de hasta 5 nudos de unos barcos a otros.

Cada travesía es distinta, cada regata es única

Yo no soy imparcial, para mi cada regata tiene algo que la hace inolvidable.

Algo único.

En una regata, en bahía de Pollensa, estábamos luchando contra la encalmada, faltaba media hora para cerrar el turno y estábamos varias embarcaciones en las mismas.

En ese momento podíamos decidir si elegíamos la ruta directa o si, viendo la orografía, nos metíamos en alta mar en vez de hacerla directa, para desde allí virar e intentar entrar más alejados del acantilado.

Fue una apuesta de nuestra tripulación y no podéis imaginar la intensidad del momento, cuando desplegamos el espinaquer y encontramos la cortina de viento de popa que nos empujaba a meta.

Llegamos a falta de quince minutos del límite de tiempo, y mientras las otras naves estaban prácticamente inmóviles, nosotros intuimos esa cortina de aire, salimos hacia fuera a buscarla, la encontramos y nos llevó casi volando a meta.

¡Hicimos podium! ¡Qué gran recuerdo tenemos de esa regata! Pero no es el premio el motivo de salir a navegar, sabes que no lo es.

Es como yo digo, cuando juegas al pádel con tu amigo, cuentas los puntos, aunque no te apuestes nada, pero la tensión y el pique sano son el aliciente para estar atento e intentar ganar.

Nosotros no salimos al mar a competir.

Los valores de la escuela de regatas de vela en Barcelona MasNavega

Nos une la afición común por la navegación, el gusto por el deporte, la pasión por el mar, la adrenalina de empezar una nueva ruta, el subidón que nos da el olor a sal y el rumor del agua.

Compartimos el sentimiento de saber que lo importante no es tanto la regata sino el poder vivirla desde dentro con nuestras compañeras y compañeros de tripulación.

Disfrutamos de la desconexión de nuestros móviles, que en alta mar se quedan sin cobertura, y nos encontramos con unas personas que genuinamente se muestran como son, en un clima cada vez distinto, con el trabajo en equipo y el compañerismo siempre presentes.

Aprendemos de las situaciones y practicamos maniobras, porque así mejoramos para poder seguir navegando, mientras disfrutamos del trayecto.

Ganar experiencia náutica y disfrutar, las bases de la escuela de regatas de vela en Barcelona MasNavega

Salir a navegar es una actividad para pasarlo bien, para ganar experiencia náutica, para vivir el momento con intensidad, en un medio distinto del habitual y con el apoyo de un capitán que domina la situación para que el disfrute sea máximo.

Nosotros no nos divertimos en una regata cargada de testosterona.

Nos motiva mucho más el afán de superación, el querer aprender más para hacerlo mejor, y la sensación de conseguirlo con tu equipo es insuperable.

Esta edición de la Ruta de la Sal no hemos podido terminarla, nos quedamos a 1.5 y 5 millas, cada barco, del final, no había viento que nos llevara a la meta.

Sin embargo en la última Ruta de la Sal que se hizo, pre covid, tuvimos vientos de 45 nudos; aquella fue una travesía dura, una regata muy física, tuvimos que ir ajustando velas para no sobrepasarnos, la recorrimos en menos de 24 horas y las condiciones de la travesía fueron muy distintas a las de esta pasada semana.

Así es el mar. Y así te lo contamos desde MasNavega, la escuela de regatas de vela de Barcelona.

Que el viento sople a tu favor, ¡nos leemos pronto!

El equipo MasNavega